Petición de Guardia Negro.

>Esta es la peticion de Desbloqueo de la Clase de prestigio Guardia Negro para el personaje Vash Darkbutcher<

La Prueba

El cielo se mostraba gris, la niebla impedia ver con claridad, esa madrugada casi se podia sentir el rocio de la mañana impregnando el ambiente en una calma serena y un silencio que dejaba helados hasta los huesos. Los cipreses se alzaban como columnas a los lados del camino de piedra, como reyes silenciosos que se mecian con la brisa gelida del viento. El sonido de los pasos de los caballos parecio alertar a los arboles que junto con el viento se agitaron mas veloz mente al paso de una compañía, unos cuantos hombres de armadura oscura y dorada escoltaban un carruaje cubierto, regido por dos corceles y un hombre encapuchado que sostenia con firmeza los las riendas de cuero negro.

Cruzaron con parsimonia el paseo custoriado por los guardianes de hoja perezne y se detubiern ante las escaleras del templo, uno de los hombres abrio la puerta del carruaje y se inclino esperando que bajara del trasporte un hobre corpulento de mirada fria, sus rasgos marcados, y acentuados por cicatrices de viejas batallas revelaban su feroz apariencia. Una manto de pieles grises por capa y una armadura dorada como el oro y oscura como el azabache, adornada con gemas y emblemas condecorativos, insignias militares con el sello reconocibl del valar caido. Dio dos pasos y con mirada severa escudriño el templo y ascendio or sus peldaños, al instante un grupo de monjes descendio preparando la comitiva para el hombre y sus guardianes, asi se presento Vasthor .

Los clerigos se inclinaron ante la presencia de la partida de hombres, cruzaron el marco de la entrada al templo y se hizo el silencio, solo quebrado por el murmullo de la lluvia con su incesante goteo, el sumo sacerdote acudió para dar la bienvenida al caballero, un fulgor en los ojos de Vasthor anuncio el preludio de la aberración que se preveia, los guerreros desenvainaron sus aceros mientras los monjes petrificados por la escena quedaron inmoviles, el sacerdote mayor agachaba la mirada asumiendo su destino, el filo de la espada.

Un fugaz movimiento de brazo de vasthor se alargo hasta el cuello del monje, alzandolo en vilo, el reo los miraba asumiendo su castigo, aceptando la presion que le axfisiava sin apenas forcejear, Vasthor mientras desenvainaba su acero, que aun permanecia en descanso, lo alzo hasta el cuello del clerigo y acerco su cabeza para susurrarle al oido:

-Nos veremos en los infiernos, traidor...

susurro al padre con su voz ronca mientras lo decapitaba con un movimiento de sierra.

Al instante los demas hombres atravesaron y degollaron al resto de monjes, Vasthor limpio los salpicones de sangre de su mejilla, de su cuello y de su espada con un pañuelo de seda negra, los demas hombres miraban expectantes esperando como lobos que los dejara continuar el trabajo. Con su voz ronca y amenazante les dio la salida y poseídos por el demonio marhcaron por los aposentos buscando supervivientes.

Bajó de nuevo las escaleras del templo, entro en el carruaje y dio dos golpes a la pared del conductor, un azote de riendas el carruaje volvio a desaparecer ante la bruma gelida y la mirada de los cipreses.

Me encontraba en mis aposentos cuando escuche el reconocible sonido de los cascos de los caballos y las ruedas del carro, a toda prisa me levanté, bajé las escaleras y corri por los pasillos salteando a los sirvientes que se amontonaban hasta las puertas para dar la bienvenida, me abrí paso hasta la puerta del carruaje y la abrí, con un paso firme volvio a salir del transporte, como una montaña se irguió, casi ocultando el sol, palmeo en mi hombro y obligo a levantarme con un gesto, se quito la capa y me la cerdio como de costumbre, entonces se encamino hacia dentro por el pasillo humano que formaban los sirvientes, yo le segui hasta la puerta de sus aposntos, él se detuvo y me miro:

-Sueltalo, lo estas deseando...

Me dijo mientras me miraba esperando que dijera lo que llevava guardándome toda la noche.

-Prometió que esta vez le acompañaria...

Yo le replique mientras esperaba fuera de

-Lo se pero esta vez no podias. Era estrictamente necesario.

Respondio mientras retiraba la capa de mis manos.

-La proxima quiza.

-Siempre dices lo mismo, la proxima vez...

Agache la cabeza frustrado.

-Maldita sea, no me vengas con eso no estabas preparado para lo de hoy. Mirame cuando te hablo, soldado.

Yo me ergui de nuevo ante la orden y el continuó.

-Hijo... hablemos durante la cena, ahora esty cansado y necesito un baño. Mas tarde hablaremos, en una hora.

Yo asenti y di un paso atrás.

-si, padre...

Cerró la puerta y yo marche por los pasillos oscuros, los candelabros lo iluminaban con Tenueidad, lleno de armaduras, recortados pasillos y largos corredores. A cualquier persona no acostumbrada le pondría los pelos de punta yo sin embargo habia nacido entre esos muros, desde hacia seis generaciones mi familia habitaba en aquel palacete, situado en la cima de una colina, limitado al norte por un acantilado de piedra oscura que desenbocaba en el mar y resguardado tras los muros de roca con dos atalayas a cada lado de la gran puerta de entrada que conducia al patio interior, dentrod e las paredes de piedra se alzaba hasta la gran torre central, era una modesta fortaleza alejada de todo.

Abri los ojos ante el reclamo de la campanilla que comunicaba mi habitación con la cocina, ya estaba la cena lista. Tarde un par de minutos en llegar al gran comedor. Dos estatuas familiares custodiaban una chimenea situada entre ellas, enfrente la mesa alargada se extendía de punta a punta de la sala. En ella se sentaban los cargos altos, mi padre la presidía y yo a su lado.

Una vez acabado, fuimos a su despacho a sentarnos frente a la chimenea, él se sirvió una copa de licor, me sirvió otra a mi. Desde hacia casi dos decadas habia ido prácticamente cada noche a esa sala a acompañarle tras la cena, y jamas me lo habia ofrecido.

-Vamos, cogelo, a tus diecinueve años ya tendras edad para tomar algo, ¿no?

Alargue mi brazo y lo tomé, se sento en el trono de al lado y me miró.

-¿y bien?.- Él me pregunto.

-¿Si tengo edad para beber, por que no para acompañarle?- Dije en tono de replica.

Él suspiro llevándose la mano hasta la frente.
-Las cosas no son tan faciles como tú las ves...

-¡Bah!- Di un trago a la copa airado.

Nos mantuvimos en silencio unos instantes mientras me miraba evaluándome, tipico en él.

-De acuerdo, tan pronto necesite hacer otro trabajo, te mandare sin pensarlo...

-Padre ya no soy un mocoso, hace tiempo que deje de mamar, estoy preparado como el que mas y se defenderme solo. Se empuñar un arma.-
Volvi a abrir la boca para replicarle.

-Lo se.- Contestó con pesar y me miro de nuevo. –Se que eres diestro y conozco de tu valia pero no es un juego.- Dijo conciliador.

-Se que no es un juego y por eso quiero participar, estoy arto de juegos, ¡puedo hacerlo!

Me miro sopesando y asintió. –De acuerdo, necesito que hagas algo por mi... Supongo que no podia tenerte retenido mucho más.
Partiras en dos dias. Mis hombres te escoltaran hasta la mitad del camino, después tendras que continuar solo.

Los ojos se me iluminaron y escuche con atención, por fin llegó mi momento.

-Reclutaras a unos mercenarios para un trabajo, cuando los tengas mandame a un mensajero y te informare del siguiente paso. No puedes llamar la atención, prepara tus cosas, mañana te comentare lo necesario. Puedes marcharte...

Me levante dando un trago y dejé el vaso sobre la chimenea, tragué el licor y asenti a mi padre agradecido. Cuando me encontraba bajo el marco de la puerta para salir mi padre se levanto y agarro mi hombro.
-No me defraudes.

-No lo haré padre.

Sin Una palabra mas fui a mi dormitorio.

Habia preparado todo lo necesario para el viaje, me coloque mi armadura y camine a los establos. Ahí aguardaba mi padre con sus hombres. Me ofrecio la mano, yo la estreche con firmeza y asenti.

-Suerte.- Me deseó mi padre con orgullo.
-No la necesito.- Conteste y monte mi corcel.

Partimos en silencio. Recorrimos varias leguas y cuando llego el momento baje del caballo, el capitan de los escoltas me dio una carpeta de cuero con la información necesaria. Sin decir mas emprendi el camino mientras los hombres se alejaban. Me pare ante una puerta tras dos jornadas de viaje, Bree, habia llegado a mi destino.
[b]

(la clase la seleccionare tras completar la mision que sera una especie de "desvirgamiento", tras esta habra una ceremonia donde se le condecorara y se le rasurara la cabeza al 0, si se decide otorgarme la clase...claro XD)

Un saludo.